El equipo sanitario de San Juan estará reforzado este año y contará con cirujanos preparados en Cirugía Taurina

Entrevista a Manuel García Gómez, médico Jefe del Servicio Médico de las fiestas de San Juan

-¿Cuál es su labor durante las fiestas de San Juan?

Mi labor en las fiestas de San Juan empieza muchos meses antes, en la coordinación de todos los equipos, preparar, prevenir e improvisar, además de intervenir en la Comisión de Seguridad de las fiestas y en la subcomisión específica de servicios médicos quirúrgicos, un duro trabajo que dura más de 6 meses.

-¿Cuántos años lleva dando este servicio en Coria?

Pues creo que son 26 años.

-¿Dónde están ubicados los servicios médicos durante la lidia y los encierros?

Pues estará la enfermería fija  ubicada en el Ayuntamiento Nuevo, en la Calle Hornos y en el “Carterino, los quirófanos móviles.

-¿Cuántos puestos sanitarios hay y por quién están dotados?

Pues están los que te he comentado anteriormente. La enfermería del Ayuntamiento estará dotada por un cirujano, por mí y un enfermero, la de la calle Hornos tendrá un cirujano, un anestesista un médico ayudante y un enfermero. Una novedad de  este año  la ambulancia de la Portona de San Pedro la hemos dotado de otro enfermero que reforzará junto el cirujano de la Calle Hornos la enfermería del Carterino durante los encierros.

-Aparte de las cornadas por asta de toro, ¿qué tipo de incidencias atienden durante las fiestas?

Pues durante todo el festejo en el que el toro está por las calles, nosotros nos ponemos en contacto con el 112 y asumimos todas las emergencias sanitarias que ocurran dentro del recinto, desde lipotimias, infartos, cambio de azúcar… en definitiva, atendemos  cualquier tipo de patología en régimen general y después ya o bien los trasladamos o nos ponemos en contacto con el 112.

-Cuando llega un herido por asta de toro, ¿Cuál es la primera actuación que se lleva a cabo?

Pues lo primero que hacemos es monitorizarlo y ver su situación real, lo exploramos y ya cada uno de nosotros nos dedicamos a la distribución, según el protocolo establecido. Por ejemplo el enfermero atiende las demandas del cirujano para hidratar, abrir vías aéreas o meter vías, el médico hace una valoración mediante la monitorización, el cirujano empieza a trabajar con la cornada intentando mantener las constantes, sobre todo, cuando son cornadas de afectación vascular.

-¿Cuál es la preparación de los cirujanos que atienden cornadas en San Juan?

Pues han estado preparándose vigilados por mí y por más médicos, además de hacer prácticas en los festejos de Puebla de Argeme y Rincón del Obispo. Son cirujanos especializados en cirugía taurina. Es muy difícil encontrar cirujanos y hemos tenido que traerlos de Toledo y Alicante. A Coria no quieren venir si no es por una gran cantidad de dinero y sinceramente no podemos pagarlo.

-Usted como médico, ¿Qué recomendaciones le daría a aquellas personas que trasladen a un herido por asta de toro hasta la enfermería?

Este es el gran tema de conversación de las fiestas de San Juan, los festejos de San Juan no podemos aplicar siempre los protocolos que tenemos establecidos, ni nos valen los de Navarra que yo mismo los conozco y he actuado allí, ni nos valen los de Ciudad Rodrigo. San Juan es muy específico, no tenemos las talanqueras  dobles donde podemos poner una camilla en el suelo para estabilizar a un herido, no puedes trasladar a un herido en una camilla porque hay un toro por la calle y no podemos exigir a nadie que asuma el riesgo de ir con una camilla por la calle y además, ya se hizo hace años y fue un escándalo. Lo que tiene San Juan son los chavales espectaculares que tenemos a pie del toro y ese es  el éxito de San Juan, además del esfuerzo y trabajo que hace por detrás protección Civil.

A estos chicos es lo que llamamos un Grupo de Asistencia Integral Taurina donde el día que ellos desaparezcan yo también lo haré. Los traslados hay que dejar un libre criterio al que está al lado del toro, del que recoge. Yo tengo infinidad de casos redactados donde mucha gente se ha salvado por un traslado específico. Ellos llevan muchos años trabajando con nosotros, han recibido cursos aquí por la noche en los que estamos 5 o 6 horas y comentamos este tipo de trabajos. Ellos recogen al lesionado, han hecho torniquetes perfectamente y un torniquete de traslado con un enfermo colgado, el torniquete son 80 kilos que tiran para abajo. Hemos tenido muchas lesiones vasculares que las tenemos en San Juan y en pocos sitios más, por lo que te digo que un protocolo establecido en San Juan no es válido, el protocolo es el que interpretan los chavales que son los primeros que ven la cornada, han hecho traslados que han salvados vidas, por lo tanto ellos hacen muy bien su trabajo.

– Ya que hablamos de lesiones, ¿Cuáles son las lesiones más habituales?

Pues tendré registrados entre 5000 o 6000 lesionados  y sólo  dos o tres son de  tipo traumatológicas- neurológicas, la mayoría son vasculares, en las que se rompe la vena cava, la aorta o la iliaca. Cuando un toro coge a un lesionado de este tipo se produce un bolo de adrenalina tan grande a la sangre que desconecta las articulaciones y para que una articulación se rompa tiene que haber tono muscular si no no se rompe. Todos recordamos la cogida de la inglesa Vicky Moore con los golpes que le pegó y no había ni una fractura. Ahora tenemos un problema, hemos cambiado las piedras pos adoquines y éstos si rompen huesos, las piedras no rompían huesos, abrían brechas, magullaban músculos, contusionaban pero no rompían, por lo tanto, seguro que empezaremos a tener más lesiones traumatológicas neurológicas graves por lo que empezaremos a cambiar el protocolo de traslados y  tendremos que tirar más de collarines.

-Cuando comenta el grupo de chicos que ayudan a trasladar a los heridos, ¿A quiénes se refiere?

Pues a los pastores, dobladores, director de lidia que este año tendremos dos, me refiero a esa gente que está a pie del toro. El toro tiene que estar entretenido, porque hay que tener en cuenta que en Coria tenemos dos horas al toro en la calle, y el toro cuando coge o cuando mata es porque nadie le ha llamado la atención y es cuando empieza a fijarse en el que tiene una intoxicación etílica o en el abuelo que está mal coordinado porque el toro sabe que con ellos puede.

-¿Qué supone para usted vivir las fiestas en la enfermería?

Yo no podría vivirla de otra forma, no puedo estar de peña en peña, ahora me da miedo el toro aunque yo me crie en una finca de pequeño e incluso toreaba vacas grandes con 10 o 12 años, pero ahora me da pánico. Mi forma de vivir las fiestas es así, no lo hago como negocio si no como vocación, siempre he dicho que tengo dos aficiones como profesional me gusta la enfermería del toro y como aficionado me gusta el fútbol. Como profesional tuve dos maestros, el Doctor Ingelmo un cirujano vascular y el catedrático de cirugía de Salamanca que me llevaban de pequeño a la plaza de Salamanca y allí cogí esa afición por la enfermería del toro. Estoy muy contento de hacer lo que hago porque me gusta.

-¿Qué es lo peor que lleva?

Lo peor que llevo son las cornadas a los corianos, lo llevo muy mal. Llevamos unos 5 años que atendemos cornadas a corianos y creo que está fallando la formación de éstos, por ejemplo este año tenemos el encierro infantil y como médico estoy en contra pero como aficionado reconozco que es la mejor forma de enseñar a los niños a evitar fallos fatales cuando sean mayores.

– y ya por último, cuéntenos alguna anécdota que le haya quedado en la memoria en todos estos años como médico taurino de Coria.

Pues anécdotas hay muchas y acordarme de una es complicado pero la que me ha venido de primera a la mente fue que después de anunciar la muerte del toro y ya apuntillado, Protección Civil da la clave 1 y eso quiere decir para nosotros  que hay una cornada. Entonces pensamos que era un error y resultó que el puntillero se le había echado la gente encima y el pobre hombre se clavó el pitón 10 cm para adentro. Otro recuerdo que siempre llevo es un toro negro zaíno de Chuchi “El Coriano” que se lidió una madrugada e iba haciendo barridas por las calles el solo porque nadie se atrevía a decirle nada. En todos estos años anécdotas de San Juan hay muchísimas.