Carlos Miguel Gil : “Este año no entraré a la Plaza durante la media hora que el toro esté allí”

Entrevista a Carlos Miguel Gil, coriano de nacimiento, sanjuanero y corredor de los toros de las fiestas de San Juan de Coria desde hace casi 40 años. Carlos lleva corriendo los encierros y los toros de Coria desde que tenía 16 años, por primera vez este año intentará no entrar en la plaza mientras el toro esté allí ya que según él, y como corredor veterano y experimentado, es uno de los lugares que más riesgo sufre el corredor o recortador por la aglomeración de gente en los barrotes.

NC- ¿Cuántos años llevas corriendo el toro de Coria?

Carlos- Pues empecé con 17 años y voy hacer 56 y así que fíjate..

NC-¿Cómo empezó esta afición?

Carlos-Pues empecé escapándome de mis padres y metiéndome en el recorrido sin permiso. Cuando era muy pequeño y veía que mis vecinos se iban al toro, yo envolvía una varilla con un alfiler y se las daba a ellos para que se la pusieran al toro. La afición ya me corría por la sangre ya que a mi madre y a mi abuela les gustaba mucho.

NC-¿Qué recuerdo tienes de las primeras veces que ten ponías delante de un toro?

Carlos-Al principio con mucho cuidado y observaba a los veteranos, así fui empezando poco a poco. Hacia los recortes por detrás cuando el toro se iba dando la vuelta y cuando adquirí más conocimientos conseguí citarlo de “poder a poder”.

NC- A parte de correr los encierros..¿recortas al toro en la plaza y en las calles?

Carlos-Sí, pero donde más disfruto es en las calles y creo que a todos los que nos gusta ponernos delante del toro les pasa.

NC-¿Han cambiado mucho los encierros y la lidia de los toros desde que empezaste?

Carlos– Si mucho, fíjate yo he pillado San Juan desde que los encierros venían a caballo y éstos entraban hasta las Cuatro Calles, además las vallas eran de madera. Otro cambio ha sido la reducción del recorrido en la Parada de los Taxis, un lugar de encuentro para muchos amigos que corríamos, ahora el toro va muy arropado y llega hasta la plaza sin problema de que se pare en esa zona que te comentaba.

NC-¿Pero hay  más corredores ahora?

Carlos– Cuando yo empecé la Calles de los Paños la corríamos 5 u 8 como mucho y fíjate ahora. Hay mucha aglomeración y hay que saber correr en una calle tan estrecha. Precisamente, en el 2013, en un encierro de mediodía un chico quiso correr más que yo y me pisó el talón, lo que provocó que cayera al suelo, mi reacción fue girar hacia la pared pero sin moverme del suelo porque el toro me vio caer y si me levanto me hubiese pillado seguro. En definitiva, creo que hay mucha gente y esa calle, por ejemplo, hay que saber aguantar.

NC-¿Qué destacarías de los sanjuanes de antes y qué cambiarías de los de ahora?

Carlos-De los Sanjuanes de antes destacaría la alegría con la que se corría  por el espacio que había, me refiero a que ahora es una aglomeración por todas las calles, pillar una carrera a un toro en una calle tú solo es como que te toque la lotería.

En cuanto a los de ahora sólo cambiaría limitar el aforo a los barrotes de la plaza, somos una de las fiestas más seguras a nivel nacional, pero los barrotes de la plaza están demasiado cargados, deberían de cobrar o limitar la entrada porque las cogidas más fuertes se producen en la plaza. Ya intenté que se cambiara esto cuando fue abanderado de las fiestas  Ángel Recuero y sé que estuvo haciendo gestiones sin llegar a conseguir nada. Por ello y desde la cogida mortal de hace dos años del chico de Moraleja y en la que me vi involucrado totalmente, este año no voy a entrar la media hora que esté el toro en la plaza, o al menos lo voy a intentar.

NC-¿Sigues corriendo los encierros?

Carlos-Sí, pero me voy limitando bastante porque la familia sufre mucho y hago lo que me pide mi cuerpo, es decir, si me apetece darle dos cruces al toro se lo doy pero no soy espectáculo de nadie, ya me ofrecieron ser recortador en un concurso cuando era más joven pero lo rechacé. A mí me gusta hacer lo que sienta en ese momento.

NC-¿Cómo son para ti los días previos a San Juan?

Carlos-Como la mayoría de los corianos, con mucho nerviosismo y con ganas de que empiecen, pero para mí el punto clave es hasta que sale el primer encierro de la madrugada. Antes cuando existía la “callejina de Don Eladio “justo antes de salir el toro teníamos que ir allí porque se nos encogía el estómago hasta que veíamos salir el toro.

NC- ¿Has sufrido algún percance alguna vez?

Carlos– Siempre he respetado al toro como el animal que es, afortunadamente no me ha cogido nunca pero he tenido muchos sustos y muy serios, como caídas y momentos muy tensos.

NC-¿Cómo vive tu familia que estés todos los sanjuanes delante del toro?

Carlos– Muy mal, por eso es uno de los motivos por los que me voy recortando. Yo me encuentro muy ágil pero creo que es hora de irse retirando poco a poco.

NC- ¿Has sido abanderado de alguna peña y qué año?

Carlos– Sí, fui abanderado de la Juventud Cauriense en 1984 y de la Junta de Defensa en el año 1992. He tenido la posibilidad de ser dos años “asombrerao” pero lo he rechazado por motivos laborales. Lógicamente no voy a ser nunca abanderado de las fiestas porque hay que ser concejal y yo no me meteré en política y aunque cambiaran las normas ya me pilla muy tarde.

NC-¿Cómo fueron para ti esos años de abanderado?

Carlos-Fueron experiencias muy bonitas. De la Juventud era muy joven y recuerdo una experiencia muy buena. Cuando fui de la JD fuimos la única directiva que aguantó cinco años, primero “Boli”, “Chato”, “Chesco”, Mario y yo. Recuerdo muchas anécdotas que me hacen reír mucho.

NC-¿Qué esperas de las próximas fiestas y qué consejos les darías a los jóvenes que están empezando a correr los toros?

Carlos-Pues hay chavales muy buenos, yo los observo y algunas madres me dicen que no pueden retenerlos porque ya son mayores de edad, precisamente, se lo digo a mi compañera Elena que su hijo ya es mayor y le gusta mucho correr, y lo veo seguro y con buen pie. Ahora han cambiado mucho los estilos desde que yo empecé y los chavales hacen quiebros muy buenos.

En cuanto a las fiestas, lo primero que espero es que no haya nada que lamentar y sobre todo que la gente disfrute mucho.