La Semana Santa de Coria culminó con el Encuentro el Domingo de Resurrección

la lluvia y el viento impidieron la salida en procesión de algunas de las imágenes durante la Semana Santa de Coria.

La Procesión del Encuentro comenzó a  las 10:30 de la mañana, con dos imágenes religiosas saliendo de diferentes lugares. La imagen de Cristo Resucitado partió de la Capilla de Cristo Resucitado, mientras que la imagen de Nuestra Señora del Rosario salía de la Catedral de Coria. Ambas imágenes se encontraron en un punto determinado de la ciudad, la Plaza de la Paz, donde se realizó un acto simbólico que representa el encuentro entre Jesús resucitado y su madre, la Virgen María.

Este evento que  es organizado cada año  por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado y Nuestra Señora del Rosario, quienes se encargan de coordinar todos los aspectos de la procesión, desde la preparación de las imágenes hasta la participación de los cofrades y la comunidad en general.

Los miembros de la cofradía visten un hábito que consta de una túnica blanca con caperúz, capa y cordón rojos. Esta indumentaria es característica de esta cofradía y representa su devoción y compromiso con la celebración de la Semana Santa en Coria.

Después del encuentro, las dos imágenes, Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Rosario, realizaron juntas un recorrido por las calles de Coria, acompañadas por los miembros de la cofradía y numerosos devotos que participan en la procesión.

El desfile procesional finalizó en la Catedral de Coria y es un momento muy significativo para los creyentes, ya que simboliza el reencuentro de Jesús resucitado con su madre.

Después, a las doce, se celebró la Misa Pontifical en la Catedral, que fue oficiada por el obispo de la diócesis Coria-Cáceres, Jesús Pulido.

La Semana Santa de Coria, como en muchas otras ciudades de España, ha estado marcada por condiciones meteorológicas adversas, transformando lo que tradicionalmente es una época de recogimiento y celebración en una serie de eventos desafiados por el clima. La lluvia, omnipresente durante estos días santos, ha tenido un impacto significativo en las ceremonias y procesiones, elementos centrales de las festividades en la ciudad.

Varias de las procesiones se vieron obligadas a no salir este año. Las decisiones, tomadas con pesar, fueron una respuesta directa a los constantes avisos meteorológicos que anticipaban lluvias persistentes, poniendo en riesgo tanto a los participantes como a las veneradas imágenes. Otras procesiones, en un intento por mantener viva la tradición a pesar de las inclemencias del tiempo, optaron por acortar sus recorridos.