Cristina Rodríguez, Psicóloga Clínica: “Mi profesión es mi vocación”

Cristina Rodríguez González es licenciada en Psicología y especialista en Psicología  clínica. Tiene  37 años y es  de Madrid. Reside en Acebo con su marido y sus cuatro hijos y llegó con la idea de buscar un sitio para criar a sus hijos y con la idea de emprender. Para ella ha sido un sueño montar su consulta en Coria ya que su profesión es su vocación. La consulta de Coria está ubicada en la Avenida de Extremadura, número 10 1ºA.

NC: ¿Qué hace un psicólogo clínico?

Pues un psicólogo clínico está capacitado para diagnosticar y tratar los trastornos  mentales y del comportamiento. Para obtener esta capacitación hay que hacer una residencia de 4 años en los hospitales clínicos y una vez terminada te dan el título de psicólogo clínico.

NC: ¿Qué métodos utilizas como psicóloga clínica?

No utilizo ningún método específico, ya que dentro de la psicología, existen muchos modelos terapéuticos. Me gusta trabajar desde el modelo de terapia relacionar que concede mucha importancia a las relaciones que establecimos en el pasado y cómo eso influye en las actuales. Intento adaptarme  a cada persona y en lo que le pasa y a veces echo mano de otro tipo de terapias.

NC: ¿Cómo concibe a cada persona que le consulta?

Pues intento que se sienta con mucha confianza, muy acogida y muy aceptada tal y como es, con todo lo que me vaya a contar. Sobre todo que no sienta juicio y se sienta lo más cómoda posible.

NC: ¿Piensa usted que la labor de un psicólogo es curar a un ser “enfermo”?

Es una confusión que suele existir, ya que los trastornos mentales no son igual que las enfermedades del cuerpo. Nosotros cuando hablamos de trastornos mentales es una etiqueta que ponemos para describir cuál es la mejor que describe lo que una persona tiene y que nos puede orientar para saber cuál es la mejor forma de ayudarle. No es que tenga eso que les estamos diciendo, como si tuviera algún tipo de contagio, sino que cada persona es única y lo que le ocurre tiene que ver con su historia vital o con lo que está experimentando en ese momento. En definitiva, intentamos que la persona sepa que puede obtener cambios en su vida para sentirse mejor.

NC: ¿Qué piensa usted de los test y las pruebas dentro del campo de la psicología clínica?

Los test pueden llegar a ser útiles pero no son la herramienta única ni la más eficaz. Para mí la herramienta más potente es la entrevista clínica en la que valoramos en profundidad a la persona. No suelo usar mucho los test aunque puedo recurrir a ellos cuando me queda alguna duda, sobre todo en niños, a nivel de inteligencia.

NC: ¿Piensa usted que frente a ciertos tipo de casos la psicología clínica no tiene más opción que remitirlos a hacia otros campos?

Claro que sí, hay que trabajar en equipo, saber ser humilde y saber hasta dónde podemos ayudar al paciente. Cuando ya no podemos y sentimos que se nos va de las manos pues lo más honestos es decirles que la mayor ayuda la puede recibir de tal especialista.

NC: ¿Se puede establecer una relación entre psicología clínica y la psiquiatría?

Si, de hecho los clínicos en muchos hospitales, por lo menos en el que yo me he formado en Jerez de la Frontera, trabajamos y nos formamos codo con codo. Hacemos los mismos seminarios, las mismas prácticas…etc. El psicólogo clínico parte de un modelo más simbólico e humanista y el psiquiatra desde un modelo más médico, más biológico. Son perspectivas que se complementan, ya que al final somos los dos especialistas en salud mental.

NC: ¿Cuáles son los trastornos mentales más habituales en niños y adolescentes?

Sobre todo los del comportamiento y los emocionales.  En los de comportamiento por ejemplo el TDH que es el déficit de atención e  hiperactividad, aunque muchas de las veces nos alertamos por cosas que se resuelven solas con un poquito de apoyo, paciencia y de estar pendiente. Todos los niños pasan por crisis y por cosas que aparecen en el desarrollo que no tienen mayor importancia.

En los adolescentes, los padres se quejan mucho de las conductas de rebeldía y de una etapa de separación con los padres, ya que se pierde la confianza y los chicos comienzan a contarles menos cosas, es algo normal porque los chicos hacen estas cosas como para hacerse camino en su propia vida y existe un distanciamiento. Son cosas absolutamente normales que a veces preocupan más a los propios padres. En otros casos, a veces hay chicos que se quedan atascados con la identidad u otros tienen problemas con la impulsividad.

NC: ¿Qué crees que deben de hacer los padres cuando notan un comportamiento inadecuado?

Pues como he dicho antes, muchas cosas pueden ser normales pero debemos de estar atentos si el sufrimiento les está afectando en su vida, les repercute en los resultados académicos o tienen mayor ansiedad. En definitiva, cuando a pesar de intentar solucionarlo el problema persiste.

NC: ¿En qué casos es aconsejable acudir a un psicólogo?

En general es recomendable cuando sentimos que algo no va bien a nivel emocional, a nivel de pensamiento y de conductas y que eso que no va bien se excede en las fuerzas que tenemos para afrontarlo. También, cuando hemos ido al médico y no tiene una explicación médica pueden deberse a problemas psicológicos y puede ser un buen momento para consultar. También cuando nosotros mismos no nos damos cuenta pero todo el mundo a nuestro alrededor nos dice que nos pasa algo, es cuando sería bueno para ti acudir a un profesional.

Me gustaría añadir que el dolor forma parte de la vida y que a veces hay que darse tiempo y confiar en la capacidad que tenemos para lidiar con ello y resolver las cosas, sin tener que recurrir a la pastilla de turno.